La vida está hecha para aprender y sobre todo para vivirla. No siempre vamos a estar en situaciones que nos gusten, al contrario, nos encotraremos con miles de baches de todo tipo, más o menos profundos pero con una enseñanza de por medio. Sentarse a pensar en cada momento nunca viene mal, quedarse alguna noche sin dormir por eso tan grande que te preocupa, sentarse junto a la ventana viendo como pasa tu vida por delante o mirar lo rápido que van los coches en una carretera, simulando tu vida. En esos pequeños detalles son los que nos fijamos para darnos cuenta de lo que verdaderamente importa, de luchar por lo importante y dejarse de tonterías, afrontara cada reto con más ganas y es que hay que gritarle al mundo que: YO SÍ PUEDO.
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